El Estrés Silencioso del Hombre Moderno: Cómo identificarlo y qué hacer

Muchos hombres cargan con estrés sin reconocerlo. Se exige productividad, fuerza, control… pero por dentro hay agotamiento, frustración y una tensión constante que se esconde detrás del “todo bien”.
¿Cómo se manifiesta el estrés en los hombres?
• Dolor de espalda, cuello o mandíbula apretada.
• Irritabilidad sin causa aparente.
• Cansancio crónico, pero dificultad para dormir.
• Pérdida de deseo sexual o motivación.
• Comer o beber en exceso como escape.
¿Por qué no lo dicen?
Porque se nos enseñó que mostrar estrés es debilidad. Pero callarlo lo vuelve más fuerte.
¿Qué puedes hacer?
• Respiración profunda (4 segundos inhalar, 6 exhalar) 3 veces al día.
• Tiempo a solas sin estímulos: sin celular, sin resolver nada.
• Actividad física con presencia, no solo como descarga.
• Hablar con alguien que no te juzgue (coach, terapeuta, mentor).
Pregunta de reflexión:
¿Cuánto tiempo más piensas sostener todo solo antes de escucharte de verdad?
Comienza a liberar el estrés desde adentro.
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Ansiedad Masculina: El enemigo invisible que nadie quiere admitir
La ansiedad no siempre se presenta como pánico o miedo. En los hombres, suele disfrazarse de hiperactividad, necesidad de control o querer tener todo “bajo dominio”.
¿Cómo actúa la ansiedad?
• Pensamientos acelerados o negativos constantes.
• Preocupación por el futuro, incluso sin razón clara.
• Insomnio o despertares nocturnos.
• Sensación de “no estar nunca en paz”.
• Evitar conversaciones o actividades por miedo al error.
¿Qué la alimenta?
• La presión interna de ser perfecto o “suficientemente bueno”.
• No expresar emociones reales.
• Uso constante del celular, redes y noticias negativas.
• Falta de descanso mental y físico.
¿Cómo comenzar a controlarla?
• Técnica de anclaje: ubica 5 cosas que ves, 4 que tocas, 3 que oyes, 2 que hueles, 1 que saboreas.
• Menos estímulo, más presencia: silencia notificaciones y respira antes de reaccionar.
• Reduce la cafeína y el azúcar en días intensos.
• Habla. Lo que no se expresa, se somatiza.
Pregunta de reflexión:
¿Qué pasaría si por una vez dejas de correr… y comienzas a sentirte?
Llamado a la acción:
La ansiedad no te define. Hay un camino hacia la calma, desde tu propio ritmo. Te acompaño en ese proceso.
